Como pudo aguantÃÆ'³

los impuestos, el hambre, la cruz.

Y la peste llegÃÆ'³, un hijo le arrebatÃÆ'³.

Con la rabia en la piel

a la iglesia quiso reclamar.

Si hay un ser superior

dile que enmiende este error.

Su pasado le condena.

ÃÆ'‰l que una vez defendiÃÆ'³.

En Oriente demostrÃÆ'³ el poder de la fe.

Fue una traiciÃÆ'³n, se dejÃÆ'³ convencer.

Le engaÃÆ'±aron, conspirÃÆ'³.

Y su plan fracasÃÆ'³.

Blasfemo patÃÆ'¡n,

serÃÆ'¡s pasto de la InquisiciÃÆ'³n.

Ya que ofendes a Dios,

el fuego te salvarÃÆ'¡.

Tras las rejas gritÃÆ'³ su inocencia

y nadie la oyÃÆ'³.

En la hoguera arderÃÆ'¡.

Su alma por fin sanarÃÆ'¡.

De quÃÆ'© sirve tanto ruego.

Al cielo suplicÃÆ'³ pero nadie respondiÃÆ'³.

Nada cambiÃÆ'³.



[Letra y mÃÆ'ºsica: JerÃÆ'³nimo Ramiro]