En el jardin de la noche
hay una rosa luminosa,
que me mira fijamente a los ojos;
parpadea y me quiere decir cosas,
tantas cosas que no s, que no s.
Y es cuando alargo los brazos
para llevarle mis manos, tan abiertas
que casi me siento llegar con el pie.
Pero yo,
quiero ser de noche el dueo
de los ojos de la altura,
y he de fundir la montura
para galopar mi sueo.
Volar, tengo que domar el fuego
para cabalgar seguro
en la bestia de futuro
que me lleve a donde quiero.
En el jardin de la noche
hay una rosa luminosa,
que me mira fijamente a los ojos,
parpadea y me quiere decir cosas,
tantas cosas que no s, que no s.
Y es cuando alargo los brazos
para llevarle mis manos tan abiertas
que casi me siento llegar.
Volar,
volar al jardin del cielo,
en un pajaro violento,
en un corredor del viento,
en un caballo de fuego.
Volar,
quiero ser de noche el dueo
de los ojos de la altura
y he de fundir la montura
para galopar mi sueo.